Sobre dimes y diretes

Tiempo llevo pensando si escribir este post o no, porque nunca fue este blog para emitir juicios o dar mi opinión personal sobre el actuar de los demás, sino para orientar a las familias sobre productos de puericultura y dar algo de información en crianza y lactancia. Pero… me cansé de callar.

Nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener.

Jules Renard

Confieso que hasta hace unos años hablaba de los demás, opinaba y criticaba, pero muchas cosas pasaron en mi vida como para darme cuenta de esto:

Antes de criticar a alguien, camina un kilómetro con sus zapatos

Y reconozco que cuando alguien me habla mal de otra persona me siento incómoda y me limito a asentir sin intentar discutir, porque no sé como reaccionar.

El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.

La formación como asesora de lactancia me ayudó a potenciar mi empatía con los demás y aprendí a callar y escuchar antes de decir una sola palabra. Antes de dar un consejo hay que saber muy bien cuál dar.

Hoy por hoy intento ponerme en el lugar de los demás antes de opinar, porque allá cada uno con sus circunstancias ¿no? Lo que vemos desde fuera es solo un pequeño porcentaje de la situación en cuestión.

¿Qué pasa con la vida de los demás que nos interesa tanto?

No hay que ver la paja en el ojo ajeno sino la viga en el propio

Y es así, porque todos tenemos de donde rascar y resolver, pero en lugar de hacer superación propia y personal vamos por la vida comparándonos con los demás y viendo como superarlos a ellos. Críticas, juicios morales, opiniones sobre temas sin contrastar y todo a través de una ventanita diminuta que son las redes sociales.

Las apariencias engañan

Incluso los adultos caemos rendidos al engaño de lo que se muestra en RRSS, creyendo que existen vidas impecables, con camas siempre hechas y sábanas sin arrugas, con habitaciones de niños que nunca se desordenan y cenas de primero, segundo y postre, listas a las 8 y nutricionalmente perfectas. Pues no.

Y entre una cosa y otra, hay mucha gente se dedica casi de forma profesional a revisar minuciosamente las vidas de los demás para opinar y criticar.

El egoísmo no es vivir como uno desea vivir, es pedir a los demás que vivan como uno quiere vivir.

Oscar Wilde

Y quien critica ¿es criticable? por supuesto, porque su moral no es la mía, sin embargo hay una cosa, una sola, con la que todos deberíamos estar de acuerdo, y es que el límite de lo criticable está en el daño que podemos hacerle a los demás, porque lo único que condeno es eso, y es lo que intento transmitirle a mis hijos, que el límite de lo tolerable es ese, que podemos hacer y deshacer siempre y cuando no lastimemos, es una máxima, no dañar.

Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.

Confucio

¿Y criticar es hacer daño? a veces si, a veces creemos que estamos siendo justos y lo cierto es que estamos siendo crueles, o exigiendo demasiado a los demás. Y esperando más de los demás también nos generamos angustia a nosotros mismos.

 

Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás.

Antoine De Saint Exupery

En resumen, más introspección y menos fisgoneo.