Pediatría con sentido común: para padres y madres con sentido común

Este es el título del ultimo libro de un famoso escritor de libros donde explican a los padres como conseguir que sus hijos duerman del tirón, aunque lloren (si, aunque lloren de pena, de soledad, de tristeza).  Un método (copiado casi íngramente del Método Ferber) o sistema basado en la resignación del bebé, un niño que acabará durmiéndose de tanto llorar, agotado de llamar a sus padres y resignado porque al final entiende que aunque los necesite ellos no acudirán. Si, el pequeño puede aprender a dormir sin sus padres, pero también aprenderá muchas otras cosas, como que no puede contar con ellos cuando está triste o solo. Una cruel enseñanza de un autor que no parece tener mucho sentido común, francamente. Con la crianza de los niños, el fin no justifica los medios, nunca.

En principio creo que este nuevo libro, parte de una falta de respeto a las familias desde el título «Pediatría con sentido común» ya que los temas que tratan no tienen nada que ver con la pediatría sino  con la crianza, y ésta área debe ser de exclusivo interés de cada familia, insisto, no es el médico quien debe decirte donde, como o cuándo debe dormir tu hijo, sino TU propio sentido común (no el del médico, ni el de la ginecóloga o el panadero). ¿Acaso los padres no tenemos sentido común y este señor sí lo tiene?

Hace poco, este hombre, comentó en una entrevista que no existen estudios contrarios a su método, y en este post precisamente quiero citar las fuentes, los estudios y los profesionales de la ciencia que demuestran su error.

Muchos libros se han escrito sobre el vínculo, sobre el apego, sobre el instinto y los recursos con los que los bebés nacen, sin embargo este escritor se niega a las evidencias, argumentando que todo se trata de una campaña de desprestigio de unas locas en foros de internet. El mismo, «hombre de ciencia» , también omite todo tipo de bibliografía en sus libros, convirtiendose sus publicaciones más en opiniones de tipo personal que en descubrimientos con base científica.

Médicos, pediatras, psicólogos y psiquiatras han advertido sobre los negativos efectos del método de adiestramiento del sueño infantil en este post:

“Hay que ser muy prudente en este tema porque es cierto que hay transtornos muy graves en el sueño infantil y que hemos de intentar solucionar en bien del niño. Pero no creo que hablemos de esto sino más bien de niños que les gusta más dormir acompañados que solos; niños que se despiertan por la noche más de lo que los padres desearían etc.. es decir niños sin ningún transtorno grave. En este caso si que es verdad que casi la mitad de la población infantil sufre estos problemas, pero también es cierto que la mayoría de embarazadas en el ultimo trimestre se despiertan mas veces durante la noche para ir a mear y eso no es ni grave ni perjudicial.lo mejor es buscar un MÉTODO PARA PADRES y no para los niños. Hay cosas que funcionan como explicar las ventajas del colecho para estos problemas, que aprendan a aceptar a sus hijos o simplemente que analicen si és de verdad un problema o solo algo que les molesta a ellos.Hay muchos más pero estos son los más usados.
Pero en ningún caso hay que dejar llorar al bebé. Parte de los problemas que pueden derivar de esos métodos es lo que en castellano denominamos “indefensión aprendida” y en Inglés “Learned Helplessness”.
No hay ningún método efectivo al 100% para dormir a los niños. Hasta el mismo Dr. Estivill reconoce que hay transtornos serios (terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismos etc…) para los cuales su método no funciona. Dra. Rosa Jove (Psicóloga)

 

En el artículo  «El sueño es un proceso evolutivo» Rosa Jové explica por que los bebés y niños pequeños suelen despertarse de noche:

El problema más grave al tratar del sueño es pensar que todos los niños, independientemente de la edad que tengan, duermen igual. Es el primer fallo del conocido Método Estivill, y lo que imposibilita el hecho de generalizar a la hora de solucionar un determinado problema. Veamos por donde apuntan las últimas investigaciones para resolver los problemas del sueño y con las que se está trabajando. (leer más)

También en «Los niños deberían dormir con sus padres hasta los 5 años»  hablan sobre los beneficios del colecho, incluso mencionan estudios.

Uno de los más conocidos expertos en salud mental infantil del Reino Unido ha aconsejado que los padres no sigan años de convención y permitan a los niños que duerman en la cama con ellos hasta los 5 años. Margot Sunderland, directora de educación en el Centro para la Salud Mental Infantil de Londres, dice que la práctica de colecho hace más probable que los niños se conviertan en adultos sanos y tranquilos.

Sobre el apego y el vínculo seguro en el desarrollo saludable, habla la  Lic. María Paula Cavanna (Psicóloga y fundadora de UPA) en el artículo «En brazos: la importancia del contacto físico y el apego«:

Poner al bebé al pecho, acunarlo, amamantarlo, acariciarlo, hablarle suavemente, sonreírle, cuidarlo, protegerlo, son actitudes que promueven la experiencia del vínculo.
Los investigadores de estas temáticas, consideran que el factor más importante en la constitución del apego es el contacto físico positivo -expresado por las actitudes mencionadas anteriormente- ya que éste causa respuestas neuroquímicas en el cerebro que permiten que los sistemas cerebrales responsables del apego se desarrollen normalmente.

Durante los tres primeros años de vida el cerebro alcanza el 90% del tamaño adulto y coloca en su lugar la mayor parte de los sistemas y estructuras que serán responsables del funcionamiento emocional, conductual, social y fisiológico para el resto de la vida. Por eso las experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia proveen una base sólida para futuras relaciones saludables.

Por el contrario, la inconsistencia del vínculo emocional o la falta de satisfacción de estas necesidades básicas de sostén, afecto y reconocimiento, generan conductas de ansiedad y desconfianza de los bebés hacia sus cuidadores. Los bebés pueden reaccionar a esta situación de múltiples maneras, que influirán ciertamente en la consolidación de un modelo de vinculación que luego harán extensivo al resto de sus relaciones.

Que los niños se queden quietecitos en la cuna, que duerman toda la noche, que se valgan por sí mismos, son conductas que fomentamos para comodidad de los adultos, pero no son evolutivamente normales para niños pequeños. Si nuestros hijos pasan largas horas en compañía de extraños, ensayan intentos de enfrentar el mundo lejos de los brazos de mamá, hacen lo posible por dormirse en su cunita, están haciendo el máximo esfuerzo para acomodarse a un mundo adulto que dispone de pocos instantes para conectar con ellos. Son ellos quienes, a pesar de su pequeñez y su inmadurez, están sosteniendo nuestras necesidades, y aceptan sin rencores que en nombre de las buenas costumbres, les tildemos de caprichosos y malcriados.

 

Meredith Small, en su libro «Nuestros hijos y nosotros» , habla sobre estudios hechos por antropólogos sobre el sueño de los bebés:

Luego Amy acomoda la manta de la pequeña y ambas vuelven a hundirse en un sueño más profundo. Dos cuartos más allá, el antropólogo James McKenna contempla las doce agujas del polígrafo, que saltan en tándem cuando Jenny y Amy se mueven, cambian el plano de sueño y se dejan llevar. Los trazos del polígrafo representan lo que McKenna ve en la pantalla del monitor; las agujas brincan en respuesta a una emisión eléctrica, marcando líneas desiguales en un rollo de papel. Hasta un novato puede ver que las líneas de la madre y las de la bebé hacen un dibujo similar.

Los patrones de la actividad cerebral, el ritmo cardiaco, el movimiento muscular y la respiración son similares porque las dos experimentan una excitación mutua; juntas, ascienden, cruzan y descienden por varios planos de sueño. En la cara de McKenna se insinúa una sonrisa de duende: ha visto muchas veces ese patrón, pero nunca deja de divertirlo comprobar que la naturaleza utilice tan claramente el vínculo madre-bebé, aun en sueños. Este trabajo, junto con sus estudios previos sobre la conducta de los primates, lo ha convencido de que la mayoría de nuestras ideas sobre el sueño infantil son una construcción cultural, en peligroso desacuerdo con las necesidades biológicas y emocionales de los bebés. “Si tienes un bebé -dice McKenna cuando se le presenta la oportunidad- duerme con él.”

 

En el artículo «Cuando el bebé llora de noche» otros pediatras y psicólogos dan su opinión sobre los métodos de «dejar llorar»:

“Imponer a un bebé que duerma sin los ruidos de la respiración de sus padres, sin el olor de su madre, es una violencia que se le inflige en nombre de la tranquilidad del adulto. La separación precoz no conduce a la autonomía, sino al miedo al abandono y a la dependencia relacional. Es indiscutible que la autonomía se elabora en base a un sentimiento de seguridad. ¿Y si preguntáramos acerca de este temor a ser abandonados, tan difundido en nuestra sociedad? Isabelle Filliozat, Psicoterapeuta. “El Mundo emocional del niño”

El Doctor Paricio Talayero (Jefe de Servicio de Pediatría. Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Hospital Marina Alta. Denia, Alicante ) , escribió también  sobre el colecho y la lactancia materna:

Pretender adiestramientos del sueño que ignoren su natural desarrollo y difundir falsas expectativas entre los padres acerca conflictos, sino de crearlos, máxime cuando estos métodos suelen obviar e impedir los mecanismos de vinculación muy relacionados con la oxitocina, debido a que emplean metodología conductista con estímulos negativos que aumentan el nivel de estrés, produciendo hormonas (cortisol, adrenalina) que inhiben la producción de oxitocina.

Además bajo el artículo hay una extensa bibliografía.

En la web de la Sociedad Argentina de Pediatría hay información de profesionales sobre el colecho, con documentos basados en estudios:

Tema: Consecuencias psicológicas del colecho

Autor: Lic. Mónica Tesone

Los estudios científicos demuestran que dormir solos no tiene beneficios.  No produce independencia, competencia social, sentimientos de autoestima, capacidad de enfrentar el stress, ni mayor identificación sexual.  Por el contrario está demostrado que el colecho aumenta la independencia y mejora el desarrollo psicológico de los niños.    Un estudio de Lewis and Janda concluye que los chicos que nunca durmieron con sus padres eran más difíciles de controlar y menos felices, tenían más berrinches, y eran más miedosos que los que siempre durmieron en la cama de sus padres

Artículo especialColecho y síndrome de muerte súbitadel lactante: una relación conflictiva

Autor: Dr. Alejandro G. Jenik

También se demostró que el contacto cercano del bebé (especialmente del prematuro) con su madre durante el sueño, le brinda una mayor estabilidad cardiorrespiratoria y oxigenación, mejor termorregulación y menor llanto.Muchos médicos y psicólogos convalidan la práctica de algunos padres de dejar llorar a sus hijos en sus cunas por mucho tiempo, condicionando de esta manera la supresión de este instinto innato y del deseo maternal de querer vincularse corporalmente con sus hijos. Largos períodos de llanto promueven respuestas fisiológicas,como el aumento de la frecuencia cardíaca,la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria, la tensión arterial y la producción de  hormonas   relacionadas  con  el estrés.El sobrecalentamiento y la deprivación de sueño, especialmente preocupantes en esta situación, aumentan el riesgo del SMSL (muerte súbita del lactante).

 

Más información sobre sueño infantil en otros idiomas:

http://www.naturalchild.org/articles/sleeping.html

 

  1. me llamo miguel, 43 años, padre de un tesoro de 4 años, que aún duerme en la cama con sus padres. Me ha encantado la crítica que has hecho en este articulo. Es la primera vez que te leo, pero coincido contigo en todo. Gracias por compartir tu forma de ver la maternidad con el resto del mundo.

  2. Soy Roberto, padre de un niño de 3 años y una niña de 5 meses. Gracias por este artículo tan claro, tan ameno, y tan bien documentado. Lo que está claro que dando cariño y amor nunca nos equivocaremos.

  3. Gracias , en febrero fui mama de un hermoso bebe , que duerme conmigo , y lo seguira haciendo aunque la misma pediatra me diga que eso esta mal…..
    Gracias me gusto mucho tu mensaje

  4. Me encanto el artículo muy bien documentado, soy mamá de un príncipe de 4 añitos y de una princesa de casi 2 y la verdad mi hijo se duerme en su habitación pero en medio de la noche se pasa a mi cama y hace tres semanas que ya no se pasa porque le digo que él debe quedarse en su cama porque ya es un niño grande y ahora leo este artículo y ahora no se que hacer. Qué consejo me dan?

  5. Bueno yo tengo una duda, con mi primera hija no practique «colecho» Estrictamente, en cuanto se quedaba dormida en brazos la acomodaba en su cuna, solo dormía de una a 2 hrs y otra vez volvía a dormir la en brazos, ya se imaginan lo agotador que fue hasta los 4 años, quede embarazada de nuevo y esta vez decidi practicarlo al 100% y no sufrir, pero la mayor se instaló en mi cama también ( primero por causa de la varicela y poder controlar su temperatura) y ahora tengo una niña de 6 años negada a salir de mi cama y una bb de 17 meses, como dice el artículo aunque nunca deje llorar a mi primera hija yo si noto su necesidad de estar a mi lado y que odia estar sola para dormir, ahora la pregunta del millón, que tan saludable es para ella que siga conmigo? ya que leí que hasta los 5 años, y a esa edad fue cuando ella empezó a dormir conmigo

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