Salón relativamente recogido y no preparado para la foto ¿se ve que Óliver me sigue a donde voy?

Como decorar un salón comedor con niñas, bebé y perro

Os soy sincera: 14 años de maternidad me llevó este tema.

Salón relativamente recogido y no preparado para la foto ¿se ve que Óliver me sigue a donde voy?

Siempre quise un salón bonito, pero cada vez que lo conseguía pasaba algo que impedía mantenerlo. Ya sabéis, niños.

Hace poco llegué a la conclusión de que el error era mío por no saber elegir los muebles y materiales, por no saber adaptar nuestra casa a nuestros hijos, así que hice unos cuantos cambios en casa.

Un sofá a prueba de niños

Veamos, pensaríamos ¿con fundas lavables en lavadora? si, bueno, pero tampoco es cuestión de estar lanado cada semana, sino de elegir un color con el que no se noten las manchas.

¿Guarro? si, pero es la realidad de cada día con pequeñas fieras en casa: manos grasientas, calzado, babas, mocos, chocolate, zumo derramado, plastilina, boli, etc etc etc. Y está claro que con una buena mancha de colacao en el sofá sacaremos las fundas y las pasaremos por la lavadora, pero ¿con las babas de un bebé también? pues no, esperaremos a que tenga algo más, y si no se notan, pues mejor.

Yo elegí un color gris cambray, más específicamente el KIVIK de Ikea con funda gris «Isunda». Nos hubiera encantado el chaiselongue pero nos resultaba demasiado grande.

Estamos encantados porque es cómodo, bonito y a prueba de manchurrones.

Una mesita de centro que sea funcional

En todos estos años habíamos evitado las mesas de centro por varios motivos:

  • Quitan espacio
  • Los cantos suelen ser peligrosos para bebés y peques.
  • Los bebés se suben encima y son un elemento más con el cual tener cuidado.
  • Ocupan un espacio vital y no sirven como almacenaje.
  • Porque ninguna nos gustaba. De hecho en una época habíamos puesto un pallet precioso que tuneamos nosotros, pero era muy grande y lo sacamos a la terraza.

Hace poco, cuando fuimos a comprar el sofá, encontramos la mesita de mis sueños: redonda, alta, grande pero compacta, con reja metálica que ayuda a Óliver a levantarse y lo mejor es que sirve como almacenaje de los juguetes que tenemos regados por todo el salón.

La KVISTBRO, también de IKEA, está hecha para guardar cojines y mantas, pero nosotros fuimos más allá y la adaptamos a nuestra vida familiar como «guarda-juguetes». Un WIN.

Una alfombra a prueba de familias numerosas y perros

Muchas alfombras pasaron por nuestro salón desde que tenemos perro. Cada vez más baratas, cada vez menos mullidas, cada vez menos cómodas. estábamos a punto de renunciar a tener alfombra hasta que Lorena Canals sacó una colección HOME, y nos iluminamos.

Las alfombras que habíamos elegido para las habitaciones de las nenas durante años, por la comodidad de lavarlas en lavadora y secadora, ahora podíamos ponerla en el salón.

Es una pasada de bonita, cómoda y genial para bebés que se pasan el día jugando encima y para perros que pierden pelo.

Ya hemos sacado la alfombra de goma para Óliver y no nos preocupa si la ensucian con comida, con babas y mocos o con nada: lavadora, secadora y en un par de horas otra vez impecable en su sitio.

Nuestra elección fue el modelo Zigzag de la colección Black&White.

Cestas funcionales y que se acoplen a la deco de la casa

Paso de poner las típicas cestas infantiles y llenas de color. Una vez que conseguimos cierto minimalismo  en los colores, que dan luz, tranquilidad y amplitud, optamos por el blanco, negro, gris y hueso para todo, incluso para las cestas de los juguetes.

Aun estoy decorando, siempre buscando comodidad y practicidad, que todo se pueda lavar y que la vida del día a día se adapten al producto y el producto a nuestras vidas.

¿Y tú, cómo has adaptado tu casa a tu familia?